Gonza M. Fontán (ella)
“¡Estáis declarando la huelga a Dios y a la Naturaleza, cuyas leyes dicen que el hombre debe ganarse el pan con el sudor de su frente. Estáis en huelga contra Dios!”.
La expresión (“On Strike Against God” originariamente) no tiene curiosamente nada que ver con el lesbianismo ni el feminismo en particular. Fue acuñada por Jean Paul Sartre, el filósofo francés (y marido de Simone de Beauvoir, por cierto) en su ensayo Existencialismo es un humanismo. En pocas palabras, la expresión quería simbolizar el rechazo a una supuesta autoridad Divina, contra la que ponerse en huelga supondría una lucha por la autonomía y la libertad. En esta expresión Sartre resume la teoría que se desprende de su trabajo: nuestro destino no está dictado por fuerzas externas, sino que podemos rebelarnos y defender una vida escogida por nosotres mismes.
Ésta no fue la única ocasión en la que la expresión fue utilizada. De hecho, la mayor parte de la literatura coincide en que Joanna Russ escogió el título en base a las palabras de un juez tras la detención de una mujer participante en la huelga de las camiseras en Nueva York en 1909, año en que comenzó y cuyo final quizá nos suene. Las palabras dirigidas a la mujer replicaron la expresión de Sartre: “¡Estáis declarando la huelga a Dios y a la Naturaleza, cuyas leyes dicen que el hombre debe ganarse el pan con el sudor de su frente. Estáis en huelga contra Dios!”.
Joanna Russ aplicó esta expresión de manera inteligentísima para referenciar esa lucha por la libertad en unas condiciones muy específicas y señalando a la religión y el sistema de valores imperante en la época como el Dios ante el que sublevarse. Su ejercicio de feminismo y lesbianismo (en la novela) constituye también una huelga contra todo poder establecido que oprime a las personas de acuerdo a sus propios criterios.
La elección de Russ de este título es toda una declaración de intenciones, como lo es el propio libro, del que puedes consultar nuestra reseña.
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