Mujeres y VIH: historia de un silencio
Hasta el año 1991 la definición clínica de sida no se modificó para incluir los casos y enfermedades oportunistas propios de personas con útero (mujeres en su definición, que no en la nuestra, pero que fueron las más afectadas estadísticamente por esta desatención). Las lesbianas y bisexuales, por mujeres, por no ser mujeres o por no serlo lo suficiente o lo suficientemente bien, fuimos ignoradas en campañas institucionales e investigaciones médicas. El desconocimiento médico sobre nuestras sexualidades, las ideas preconcebidas sobre qué prácticas sexuales corresponden a cada cuerpo y orientación sexual independientemente de una realidad diversa y harta de desmentir estos prejuicios… Toda la estructura de la heterosexualidad obligatoria y patriarcal ocasionó una falta de atención y conocimiento sobre las mujeres que tienen sexo con mujeres que fue, una vez más en la historia, compensada por los activismos. Las lesbianas, bisexuales y trans tuvieron un papel crucial en la historia del VIH y en la historia de todas las personas que vivieron y viven con él innegable. Intentamos recoger algunos momentos puntuales y cruciales de una historia extensísima sobre la que no podemos recoger más en tan poco espacio, pero sobre la que instamos a investigar.
Esta semana os traemos un recurso del que estamos tremendamente orgullosas: una cronología que nos sitúa a nosotras, mujeres cis lesbianas y bisexuales, en el mapa de la pandemia que supuso el VIH para la comunidad queer. Aunque va a ser una cronología viva (siempre vamos a estar alerta de poder ir actualizándola), la información que de momento podéis encontrar está sacada del TFM de Gonza, una de estas dos bolleras que están detrás de cada publicación de BUIT:
Yo solo quería colaborar, dentro de la escasez de mis posibilidades, a hacer las cosas de otra manera. Con mi TFM, en mi día a día, y en oportunidades como esta, mantengo esa intención viva e intento colaborar en la medida de lo posible. Debates, conversaciones, amigues que se comen chapas que no les apetecen y familiares que escuchan a la fuerza y una responsabilidad personal, porque como profesional me falta el salario, de no abandonar el propósito.
En un curso de antropología, Christo Casas apelaba a la teoría antropológica de Margaret Mead para explicarlo: ella consideraba que el inicio de la civilización se encontraba en el primer fémur curado, primera prueba del establecimiento de lazos de cuidados que nada tienen que ver con la familia tradicional que conocemos. Alguien había estado heride y había sobrevivido gracias a otres. Casas decía que la pandemia del VIH era el fémur de la comunidad queer. Yo creo que el paralelismo es muy acertado. También creo que es una pena que esto surgiese debido al abandono de personas como nosotres, que dejaron un hueco en la memoria porque fueron considerades víctimas de segunda. Nos murieron a una generación de posibles referentes; reparemos esos fémures.
La memoria del VIH también es memoria histórica.